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Mongolia Mongolia · Pandereta's Land
tantra rating:
9
Mystery One of the first Hollywood films to deal openly with white racism toward Japanese Americans during World War II, this drama directed by 1950s action maestro John Sturges (The Great Escape) stars Spencer Tracy as a one-armed stranger named MacReedy, who arrives in the tiny town of Black Rock on a hot day in 1945. Seeking a hotel room and the whereabouts of an ethnic Japanese farmer named Komoko, MacReedy runs smack into a wall of ... [+]
Language of the review:
  • es
February 24, 2009
60 of 65 users found this review helpful
Pondría esta película al 90% de los estudios de Hollywood de la actualidad para que viesen qué se puede llegar a hacer con un puñado de actores con talento, un guión sólido y un director competente. Y con un presupuesto irrisorio.
El McCarthismo es el telón de fondo de esta historia en la que un impresionante Tracy llega a Black Rock, un pueblo en el que algo huele a podrido. John MacReady (Tracy) es un veterano de guerra que busca a un granjero japonés cuyo hijo le salvó la vida. Pero al parecer todo el mundo trata de convencerle de que ya no está allí. Esto levantará las sospechas de MacReady, que decidirá investigar por su cuenta.
Impresionante duelo interpretativo con uno de los mejores planteles de todos los tiempos: Robert Ryan como cabecilla del pueblo, Lee Marvin y Ernest Borgnine como matones del primero, y Walter Brennan, magnífico como siempre en su papel de defensor de MacReady.
El guión de Kaufman (que también escribió el de "el demonio de las armas") va atando los cabos excelentemente, bien secundado por el buen hacer de Sturges, un artesano que es capaz de sacar petróleo de una sola localización en medio del desierto, así como un excelente uso en interiores mediante la cámara. Película pionera en el formato Cinemascope, que en este caso resulta muy idóneo para resaltar lo inhóspito de los parajes desérticos y aprovechar mejor el reducido espacio donde se rueda, dando una sensación de espacio abierto.
Cabe mencionar también a Dore Schary, el inteligente productor sin cuyo valor este proyecto no habría salido adelante, quien fue director de la MGM en uno de sus periodos más fértiles (1948-1956). A él va dedicado el texto, agradeciéndole haber parido semejante joya.
Un ejemplo más en el que se puede comprobar que como en el 90% de las veces en el cine, cualquier tiempo pasado fue mejor.
tantra
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