Una película interesante para taladrarte el cerebro. Personalmente, si os gustan las matemáticas os recomiendo el libro "el diablo de los números", de Hans Magnus Enzesberger; muy accesible (parece para niños) e indicado para iniciaros en el intrincado mundo de las sucesiones, series de Fibonacci y demás matemáticas complejas. Aranofsky debió contratar a algún yonkie para manejar la cámara o debió probar él las drogas que el protagonista se mete. Me irritan sobremanera las pretensiones de hacer una "obra de culto" y el uso innecesario del blanco y negro. Además, la temática da mucho juego, ya que a lo largo de la historia han existido muchísimos matemáticos locos (la mayoría la verdad: Gauss, p.ej), pero el director prefiere columpiarse con historias bursátiles y modelos matemáticos. La estética de videoclip es también muy acusada y continuaría en réquiem por un sueño (que sin ser una maravilla, transmite bastante más que esta película). En resumen, una cinta que rezuma modernez y que personalmente recomendaría a onanistas del cine más friki (en el peor sentido de la palabra). Prefiero las cintas de Ed Wood.

Como dijo Tomine una vez, si se quiere conmover al espectador, no se debe utilizar NUNCA la música techno.