Si la primera parte me encantó, y la segunda me aburrió, esta tercera me disgustó. No del todo, ya que el buen oficio de Johnny Depp y su última hora final son entretenidas, pero he de achacarle su excesiva duración, (168 minutos no son moco de pavo), así como un principio totalmente aburrido y soporífero en muchos momentos, con los personajes algo desubicados y la historia algo enmarañada. Tampoco ayudan las interpretaciones de Orlando Bloom y Keira Knightley, demasiado forzados y algo perdidos en numerosas ocasiones.
En definitiva, la película ofrece más de lo mismo, aventuras marinas y chistes socarrones a cargo del propio Depp, así como logradas secuencias de acción que consiguen alegrar la vista en ciertos momentos. Pero del guión mejor no hablar. Ni de las dos horas anteriores. Totalmente prescindibles.