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Spain Spain · Ferrol
Sahar rating:
5
Drama. Action The story of martial-arts and the soul of China civilization. Two kung fu masters —Ip Man (Tony Leung), the man who trained Bruce Lee, and Gong Er (Zhang Ziyi), who comes from the north, meet in Ip Man's hometown of Foshan on the eve of the Japanese invasion in 1936. Gong Er's grandfather, a renowned grandmaster, is also traveling to Foshan for his retirement ceremony, which is to take place at the legendary brothel The Golden Pavilion. ... [+]
Language of the review:
  • es
January 29, 2014
2 of 4 users found this review helpful
No es sencilla la valoración de una película que tiene tres montajes diferentes: ¿Será mejor o peor que los otros el que nos ha tocado en las salas españolas…? Opinaré, pues, con la debida cautela.

Tras un paréntesis "occidental" (My Blueberry Nights), Wong Kar-Wai regresa haciendo añicos las leyes de un género tan codificado y sometido a clichés como es el biopic (en este caso la vida de Ip Man, maestro de Bruce Lee). Pero ésta no es como la típica-tópica de Mandela…

No; aquí prima la atmósfera sobre el argumento. Una atmósfera onírica, un paisaje propio de la ensoñación, una ficción alucinada que funciona como presentación fantasmal de amores frustrados y pasados tan gratos como irrecuperables.
Una narrativa no lineal refuerza esa sensación de irrealidad al descoyuntar tiempo y espacio.

Película fuertemente intimista por mucho que contenga espectaculares coreografías de artes marciales; pues también en esas escenas se presta atención al detalle íntimo (la lucha entre el prota y la chica es como una danza de claras alusiones sexuales, una hermosa danza de sentimientos, un combate de grácil sensualidad).

The Grandmaster restaura el verdadero espíritu de las artes marciales mostrándolas como una práctica contenida, virtuosa, elegante, muy lejos de la burda violencia de tantos subproductos.

Tony Leung borda el papel con su clase y seguridad habituales, bien acompañado por la guapísima Zhang Ziyi.

Consignadas sus virtudes no oculto que The Grandmaster es un rollo patatero, y que los escasos espectadores fueron abandonando la sala sin prisa pero sin pausa, quedándonos tan sólo mi acompañante y yo hasta el final.
Sahar
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