Impagable contenedor de múltiples substancias, que desprende un dulce amargor metafísico, vestido de documental con formato clásico, pero con peinado y maquillaje filosófico, lógicamente cargado de profundidad. Es hermoso y alternativo, explícito para ojos abiertos y como no, extraordinario.

Mientras nuestra rutina cotidiana nos envía rodando cuesta abajo en un continuum sin sentido, observo con envidia a unos seres que efectivamente SON y desenvuelven sus vidas para algo más que intentar aglutinar la nada y poseer el vacío. En cierta manera es triste, porque se convierte en un extraño reflector que radiografía nuestros propios neutrinos interiores, enseñándonos el auténtico y verdadero camino por el que casi nunca hemos optado, ni aun teniendo la posibilidad de hacerlo.

Tildarlo de genialidad no es más que autolanzarnos otro insulto más, por adorar aquello que, tras su fachada técnico-formal construída con solvencia profesional, no es más que un pedazo de sensatez, una pizca de racionalidad o, para decirlo de un modo más poético, volar con los pies en la tierra y acaso ¿No debería ser ésa nuestra principal función?

Como decía alguien con buen criterio: "Hay uno en cada multitud". Pues éste es uno de ellos.