Agustí Villaronga acomete con éxito a medias, cinematográficamente hablando, no así de público y taquilla, un auténtico drama rural de la posguerra española, con la historia de un niño que afronta moralmente la conciencia de la verdad y el repudio de la mentira. Con un guión irregular del mismo Villaronga, adaptación de la novela homónima de Emili Teixidor, junto a otros elementos extraídos de otras obras suyas, como 'Retrat d'un assassí d'ocells' (Retrato de un asesino de pájaros) y 'Sic transit Gloria Swanson'. La película es potente visualmente, atrevida, aunque adolece de fluidez narrativa, narración que lleva el sello del ritmo clásico.

El reparto es correcto , sobresaliendo Frances Colomer y Nora Navas (mejor actriz San Sebastián). De otro lado es aceptable la ambientación de época, buena la fotografía de Antonio Riestra, y la música de José Manuel Pagán, a tono con la cinta.

La obra tiene su estética, su tendencia ideológica muy trillada y maniquea con todo eso de la posguerra (asunto ya multifilmado), y por ende le falta de objetividad; y es mala suerte que tenga el guión huecos difíciles de justificar y menos aún de rellenar (diálogos flojos y mucha retórica). Intenciones buenas pero en exceso pretendidamente efectistas, lo cual que el film pierde. Además es de digestión lenta.