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Spain Spain · Granada
Kikivall rating:
7
Drama. Comedy Take a ride through the life and memories of Barney Panofsky (Paul Giamatti), a hard-drinking, cigar-smoking, foulmouthed 65-year old hockey fanatic and television producer, as he reflects on his life's successes and (numerous) gaffes and failures as the final chapters of his own existence come sharply into focus.
Language of the review:
  • es
April 17, 2017
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Barney Panofsky (Paul Giamatti) es un veterano productor de televisión, bebedor empedernido y fanático del hockey. El film recoge cómo transcurre por diferentes estados mentales.
Richard J. Lewis dirige su ópera prima (antes se había dedicado sobre todo a la TV) con pulso; una narración que aunque pueda hacerse en ocasiones algo pesada, no hay que negarle el mérito de ser una film acertado en lo psicológico y en lo biográfico, de un personaje con interesantes ángulos que ofrece, como el título indica, su visión del mundo. Tiene la cinta un guión bien construido y trabado de Michael Konyves, adaptación de la novela del cineasta y escritor canadiense Mordecai Richler, Barney´s Version, de 2004. Richler, quien fue polémica voz de la conciencia de la comunidad judía de Quebec, hace en esta obra una de las novelas más celebradas de la época. Y atentos a los diálogos, por ejemplo los de Giamatti-Hoffman: geniales. Buena música de Pasquale Catalano y excelente fotografía de Guy Dufaux.
El reparto es excelente, con un Paul Giamatti en el papel principal, rol que borda con la máxima calificación según mi parecer, y que consigue sintonizar con el espectador en su bullicioso pero sutil trabajo. En realidad la película es en gran medida Giamatti, un secundario de siempre que, empero, eclipsa a los figurones de turno.
Estamos ante un cine de autor inteligente, lleno de ingeniosas observaciones, que capta y describe perfectamente los estados emocionales de los personajes, sobretodo el personaje que interpreta Giamatti, un hombre profundamente imperfecto, a veces normal y siempre fascinante. Lewis sabe articular esta red de sentimientos y estados de ánimo. Un film con fuerza, densidad y a veces espectacular.
Como sabemos, en la vida hay que saber jugar bien las cartas que uno tiene y procurar cometer los menos errores posibles, pues con el tiempo, estos errores pasan factura. Sabemos también cómo, en ese “arte de vivir” del que hablara Erich Fromm, juega una baza importante, no sólo nuestro carácter, sino muchas contingencias, unas inconscientes sobre las que apenas tenemos control, y otras que suelen vincularse al azar. Pues bien, en esta película, Lewis coge la letra del relato de Mordecai Richler y con ironía y gran sensibilidad, deja a Giamatti que ponga la música, el tono, esa imposible entonación de comedia en algo sumamente doloroso: la descripción del fracaso, de un hombre acomodaticio como productor se seriales y ficciones basura de una TV de cuarta, alcohólico y siempre errático en sus comportamientos. Lo que hoy se diría, una personaje con baja calificación en la denominada “inteligencia emocional”.
En definitiva, El mundo según Barney es una película fuerte en todo sentido: carga dramática, densidad biográfica, inusual espectáculo, muestra del proceso de envejecimiento de los personajes, algo como es sabido difícil, pues difícil es captar la sutileza de los cambios; los cambios de Barney y las modificaciones en sus relaciones con las mujeres, y con la que finalmente sería el amor de su vida, Miriam; culminando la historia con una tragedia de primer orden. Todo ello con credibilidad, certeza y sinceridad. No hay trampa ni cartón, y menos efectos especiales, es el curso de la misma vida, el que encarna un Barney-Giamatti memorable.
Kikivall
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