Tom siempre ha sido muy mono. Y la chupa y las antiparras de piloto le sentaban divinamente. Y si ya, cogía la moto pa darse un rulo... los suspiros generados podrían abastecer sin problemas a una central de energía eólica. El blanco de sus piños al sonreir basta para generar toda la energía solar mundial de un año... Proyectar esta peli al aire libre cada tarde de verano, mermaría el problema de las emisiones de CO2 (no hay manera de poner el 2 chiquitín, aquí)

Kelly McGillis también era muy mona, igual que Tom. Y aunque, como pareja, química no tuvieran mucha, cada vez que coincidían en el ascensor, las adolescentes echaban tantas chispas que el consumo eléctrico del día en que vieron la peli no venía reflejado en la factura de la luz.

Además, otra cosa no, pero entretenida es. Las secuencias aéreas no están muy bien rodadas y tienen un montaje patético, pero distraen.

Con el paso del tiempo, Tom ha sufrido una extraña involución. Físicamente ha sido incapaz de envejecer de un modo natural y, aunque lo normal es que los años te aporten madurez y sabiduría, él se ha vuelto completamente idiota. Pero la peli sigue siendo la misma. Uno de los iconos de los 80. Es decir, chico mono, ligoteo, guión flojito, superhits musicales y realización apresurada y cutre.

Lo que digo sobre las secuencias aéreas es perfectamente extensible al resto de la peli.