Nunca he leído a Lewis Carroll, así que mi único punto de referencia y comparación es la anterior peli de Disney, la de dibujitos, y comparando aquel argumento con éste, la verdad es que la cosa deja bastante que desear. La versión Disney de Burton queda plana e intrascendente. Nada se puede sacar de aquí, desde un punto de vista argumental.

Otra cosa es lo visual, porque, honestamente, la peli tiene un soberbio diseño de producción.

Voy a aventurarme a defender lo que menos me ha gustado. Porque si nos planteamos que tanto la productora como el director lo que querían era hacer una película meramente infantil, sin más, la cosa no sólo es pasable, si no que está bastante bien. Los chiquillos de la sala disfrutaban de lo lindo, no paraban de reír… ¡qué bonito es ver a los niños felices!

Pero, a ver, en fín, ¡Qué les corten la cabeza!:
- A Tim Burton, por convertir sus paisajes oníricos en paranoias digitales dignas de Terry Gilliam.
- A Johnny Depp, por repelente –que conste que, normalmente, me encanta el raro éste, pero hay ocasiones en que se le va la mano con sus excentricidades- No llega al abismo de Willy Wonka, pero por poco. Además, si tomamos por buena la teoría de que esto es cine infantil, la caracterización de Deep puede llegar a dar miedo a algún tierno infante… ¿por qué tiene ese inquietante parecido con Madonna?...
- A los dos gordopilos esos. Qué grima dan.
- A quien haya inventado el bailecito... De vergüenza ajena.
- A Anne Hathaway por salir disfrazada de Cicciolina… ¿pero no hemos quedado en que esto era infantil? ¿Cómo es que la reina blanca se parece a la reina del porno? Bueno, a Anne le respetamos la cabeza, porque la verdad es que la chica está bastante simpática.

Pero también tiene ésta versión cosas que me gustan:
- Los animalillos, con mención especial al sabueso y a las ranas de la guardia roja.
- La reina roja. Qué bizarra la tía.
- ALICIA: La desconocida para mí Mia Wasikowska es una delicia de muchacha, que pese a los histrionismos de los que está rodeada compone su personaje desde la contención y el mero encanto personal. Todo un acierto de casting.