Una niña es testigo del asesinato de su padre, con un cuchillo, a manos de su mujer. Naturalmente esto le ocasiona graves perturbaciones mentales y es internada en un psiquiátrico. Cuando retorna a la mansión donde tuvo lugar el suceso, se desencadenan paulatinamente acontecimientos excéntricos que tienen además una nota acusada de pavura. Aparecen siluetas misteriosas, casi fantasmales, pero por el tono del film no queda de entrada en claro si son personas de carne y hueso o alucinaciones, ni siquiera se sabe si las sigilosas figuras andantes responden a su presunta identidad física. Con estos ingredientes, más la malevolencia de algunos de los habitantes del lugar se funde la receta del film que desgrana un suspenso militante, sin altibajos que se extiende durante todo el metraje sumiendo al espectador en un estado inevitable de misterio. Por todo ello auguro a los eventuales espectadores una película de gran interés.