Film argentino protagonizado por Darío Grandinetti, relata las andanzas urbanas de un poeta sensible en busca del amor, lo que lo llevará a entablar en algún momento una relación con la prostituta encarnada por Sandra Ballesteros. Estos ingredientes, que tal vez podrían ser prometedores, no se reflejan en la película, de ritmo lento, melancólico, aburrido, con un poeta que esparce cada vez que puede sus versos sensibleros y de calidad artística discutible, con entonación triste y presuntamente lírica. La estética general de la película, tampoco es de mi agrado. Sinceramente, hay que estar bien armado de paciencia para poder verla completa.