Antes que nada, quiero aclarar que me considero un gran fan de Los Simpson. He visto casi todos los episodios de las temporadas estrenadas por aquí y unos cuantos de las siguientes. Tanto Homer, como Bart, Lisa, Marge, Maggie y los grandes secundarios como Moe y el señor Burns formaron parte activamente de mi infancia y mi adolescencia. También, como muchos otros, establezco una gran diferencia entre la época vieja que considero excelente de la serie y la nueva que ya sobra un poco (con el matiz de que sigue siendo al menos buena para pasar el rato). Pero eso no me impide disfrutar de la misma manera esta divertidísima película.

Tal vez ésta peque de ser menos simpsoniana de lo que muchos esperábamos. Tampoco tanto, pero la diferencia se nota. El argumento, con un tono más épico que de costumbre, o la escasa aparición de secundarios, o ciertos detalles poco asimilables a la serie, son rasgos que demuestran que serie y película no son exactamente lo mismo.
Pero en mi opinión mantienen el parecido justo para seguir identificando la película con Los Simpson de toda la vida, sin olvidar el hecho de que muchas de las modificaciones surgen a raíz del cambio de formato.
Y es que, además, es humorísticamente una gran película, y ahí sí que transmite el espíritu de la serie en su plenitud, con los clásicos gags de engaños al público, frases descojonantes dichas por el personaje adecuado en el momento adecuado, referencias culturales y cinematográficas o excelentes chistes visuales.
En el resto raya la perfección: una animación sublime, gran trabajo del doblaje e incluso logra enganchar con otro estilo de argumento. Me importa bastante poco sacar diferencias con la serie original (y repito que no son muchas), porque disfruto ambas de la misma manera. Lo único que me falla es la subtrama de Lisa y Colin, un pelín insustancial.

En definitiva, ochenta minutos que a mí, objetivamente, se me pasaron volando, y me dejaron con ganas de volverlos a ver y pasar otro buen rato, como ha conseguido la serie desde siempre.