Atrapar como aquel que dice atrapa. La ambientación está bien conseguida y se genera una atmósfera nada desdeñable en torno a la historia. Las interpretaciones son correctas, van a la par Derek Luke y Tim Robbins en ese aspecto. El primero está algo irregular pues no resulta convincente en ciertos aspectos pero tiene momentos que atisban un buen futuro. Está mejor en la acción que en el drama. Robbins en cambio no le da la sordidez necesaria a su personaje, no consiguiendome caer mal, sino al contrario, empatizo con sus reacciones y sus sentimientos. Como thriller no está mal, tiene sus defectos importantes en la trama y las escenas de acción son correctas sin más, logrando impactar sólo en determinados momentos.

Por contra el fuego que genera el apartheid no está del todo bien reflejado. Fuego presente en los ciudadanos que aún siendo iguales se ven sometidos diariamente a vejaciones más morales que físicas, pero vejaciones humillantes al fin y al cabo. Buscan el fuego de la libertad.
Es una pena, pero la descripción de la época es un tanto débil y floja, no sabe contar con claridad aquellos sucesos ni de describir con claridad ese pedazo de historia. Muestra pinceladas que al final resultan insuficientes y que provocan que la trama sea tan destartalada y artificiosa. El final a modo documental muestra las carencias del film, el cual durante su transcurso ha sido incapaz de contar con valores cinematográficos lo sucedido y se ve forzado a tirar de archivo y del basado en hechos reales para dar valor a la historia y darla a conocer.

Fallido film denuncia, que tiene sus momentos, pero que en general deja cierto regusto amargo por lo que pudo ser y no fué.