Con el tiempo se ha hecho patente que "Kill Bill" (para mí superior este volumen 2 al 1) fue la última obra verdaderamente grande de Tarantino, por aquel entonces con 40 años. A ver, no es lo que viniera después haya sido malo, ni mucho menos, pero "Malditos Bastardos", "Django" y "Los odiosos ocho", siendo estupendas películas con personajes memorables (pero también mucho plagio de diversos films, aunque Tarantino siempre ha ido por ese palo) se pierden en la desmesura y en la violencia realmente gratuita, cuando en "Reservoir Dogs" y en "Pulp Fiction" ésta iba en pequeñas y contundentes dosis.

Algo así hay en "Kill Bill: Volumen 2", peli que no pierde con cada revisión: diálogos acerados marca de la casa, magistral empleo de la música (profusión de temas de Morricone, clásicos de los 70, una de Johnny Cash, incluso flamenco con Lole y Manuel y rock tex-mex como "Malagueña Salerosa" de Chingon, la banda de su amigo Robert Rodríguez), escenas realmente hermosas y emotivas y un reparto muy competente, con Uma Thurman en uno de los papeles de su vida, David Carradine magnífico a los 67 años en posiblemente su mejor actuación, o Michael Madsen con un personaje despreciable y patético pero a la vez digno de lástima, gracias a lo que transmite este grandullón.

Considero que puede hacerse una divisoria en las películas de Tarantino; desde sus primeras películas hasta esta "Kill Bill 2"; a partir de ahí no es que sea mal cine, simplemente no es lo mismo, te guste o no, y palidece frente a lo que fue Quentin entre 1992 y 2004. Lástima...