Esta peli me parece un insulto al personaje de Tom Clancy, adaptado al cine en tres ocasiones anteriores (La Caza del Octubre Rojo, Juego de Patriotas y Peligro Inminente, la primera protagonizada por Alec Baldwin y las dos últimas por Harrison Ford). Aquí, Ben Affleck resulta absolutamente inferior a sus predecesores en el papel, aparte de que la labor de Paul Attanasio y Daniel Pyne en el guión, adaptando la novela de Clancy, es patética. Mientras que el libro es ágil, con ritmo, y con cierta premonición histórica al plantear la relación entre Palestina y Al Qaeda, con el fondo del integrismo islámico de referencia, en la peli dirigida mediocremente por Phil Alden Robinson, tal vez a causa de los recientes atentados del 11-S, se buscó una solución absurda, una conjura de la ultraderecha mundial para reavivar la guerra fría y así instaurar un nuevo orden mundial. Aparte de lo chocante que resulta esto, tampoco la trama de la peli destila precisamente coherencia, con ese jovenzuelo analista de sistemas reciclado como un superagente secreto dotado de una omnipotencia casi divina.
Ni siquiera la explosión nuclear da vitalidad a la peli, que parece más bien un telefilme carillo o un episodio piloto de 24, solo que con otro Jack, Ryan en vez de Bauer, a la que se enchufa una historia de amor de relleno con esa doctorzuela que precisamente está en Baltimore, que casualidad.
No escribo más porque si lo hago le bajo a uno mi voto.
Eso sí, la música de Jerry Goldsmith mola, estruendosilla, pero al menos algo destacable dentro de la vulgaridad del conjunto.