Realmente no le gusta a nadie..., creo. Confío. Espero.

Remake, reboot o secuela, me da igual, de aquella otra «Línea mortal» de Joel Schumacher, «Enganchados a la muerte» es una absoluta estupidez sin ningún sentido con unos personajes estúpidos y unas situaciones estúpidas. Tanto es así, que de verdad pienso que Ellen Page, viendo ya que la cosa no tenía remedio, pidió huir de la película y por eso..., bueno, por eso nos vamos a SPOILER.

De hecho, su personaje, Courtney, es quien lo lía todo. A esta chica se le ocurre la brillante idea de provocar su muerte para ver lo que hay al otro lado, si es qua hay algo. Por supuesto, lo hay, cosa que, por otra parte, a nadie le sorprende ni le da pie a la reflexión. Es decir, que has entrado en uno de los grandes misterios de la humanidad, estás teniendo experiencias después de la muerte, y te quedas tan tranquilo pensando en si eso te da superinteligencia para poder aprobar la carrera. Asombroso. Total, que la cosa es tal que así:

—Oye, ¿tenéis algo que hacer esta noche? ¿No? Pues venid a las doces al sótano del hospital.
—De acuerdo.
[Llegan al sótano y se encuentra con todo preparado]
—Veréis, me interesa ver lo que pasa cuando morimos, así que quiero que me provoquéis un paro cardíaco y luego me reaniméis. Vosotros sois capaces de eso, así que pongo mi vida en vuestras manos de residentes de medicina. Confianza plena.
—Vaya ideas que tienes... Está bien, me apunto.

A partir de esta premisa, «Enganchados a la muerte» va mezclando trama paranormal, romance, drama social, thriller, terror y ciencia ficción, todo para que finalmente no sea nada y te quedes con cara de estupor ante la pedazo de basura, por no decir otra palabra, que has visto.

Así de claro.