Basada en la novela homónima de Nieves Herrero, «Lo que escondían sus ojos» se ha visto envuelta de una gran polémica ajena a su calidad cinematográfica. Es muy entretenido ver la reacción del público a determinadas tramas.

Y es que esta historia no puede ser más escandalosa y poco correcta para las mentes bienpensantes: el idilio, o aventura, como queramos llamarlo, entre el cuñadísimo Serrano Suñer y la marquesa de Llanzol allá por los años cuarenta. La historia es real y hay mucha información al respecto, pero una vez vista la serie yo solo puedo decir que el romance me ha parecido bastante feo. Esta no es una historia de amor, sino la historia de un amor no correspondido en la que ella pierde toda dignidad y él queda como un sinvergüenza. Blanca Suárez es bellísima y lleva unos modelos que puede que no sean muy adecuados para la época pero es que son preciosos, así que haremos la vista gorda; los zapatos de cuña atados al tobillo son espectaculares. A Serrano Suñer lo interpreta el cubanísimo de Rubén Cortada, uno de los hombres más atractivos de la actualidad, con un porte y unos ojos verdes indescriptibles que hace que al mirarte en ellos se te nublen los sentidos. Normal que la pobre caiga redonda, claro. La brevedad de cuatro capítulos ayuda a que se digiera bien.

Por mi parte, la polémica política que ha suscitado me hace una gracia enorme y admito que disfruto mucho de lo furiosos que se ponen algunos cuando ven un retrato del franquismo o de su época que no les satisface. Cuánto odio y prejuicio si todos somos humanos.

Aprobada por los pelos, la verdad.