Peligro, peligro. Obra maestra según la web; Howard Hawks el director, año 1940. No se presagia nada bueno. Me diréis muchos que soy una atrevida, una ignorante por rechazar este cine, por no comprenderlo y endosarle desde mi criterio de espectadora epítetos despreciativos que luego apuntaré. Simplemente quiero replicar que de 1939 es «Lo que el viento se llevó». Se entiende lo que quiero decir, ¿no? Es más: «Sucedió una noche» es de 1934. ¿Lo vemos o no lo vemos? Pues eso.

De una birria es de lo que se trata «Luna nueva», traducción absurda del original «His Girl Friday». El nombre poca importa para una comedia en la que no te ríes y para un romance que te da dolor de cabeza. Me parecen muy significativo los roles femeninos y masculinos que la historia refleja. Nótese que Hildy, una mujer independiente, autosuficiente, bastante chula y avanzada para su época, acepta que su enamorado la trate «como a un animal», según palabras textuales. Walter Burns es un americano demócrata y libre que se dirige a ella, y esto es absolutamente esclarecedor, como un igual, de periodista a periodista, y de ahí que obvie los valores y deferencias tradicionales que se esperan que tenga hacia su dama. La escena de la maleta, por ejemplo, es la imagen de este estado de la pareja, en la que ella coge la carga y él le da la orden de que la coja. Denigrante e indignante, pero estos detalles, que son los que todos debemos combatir en pos de unas relaciones sanas y respetuosas, pasan desapercibidos para la mayoría.

Dejando estas cuestiones femeninas a parte, «Luna nueva» no vende la tirada de corrupción política y líos judiciales, que no tienen ninguna introducción ni conclusión, despintado todo; yo no sé si Earl Williams está loco o no lo está, ni qué gente es esa que dice cosas por las calles... Peñazo, irritante, lenta a pesar de los muchos diálogos con el teléfono; qué insistencia en confundir el ritmo y el garbo con que hablen todos a la vez. Personajes baratos, ridículos; la línea de lo gracioso y lo estúpido sin más es muy fina, señores.

Lo máximo que rescato es a Cary Grant, que es un payaso guapo con mucho estilo, y la idea teórica, que no práctica, de los enredos periodísticos y amorosos para evitar que tu amor te abandone. Periódico a la basura.