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Jark Prongo rating:
7
Horror. Action. Thriller. Comedy Every year the population of sleepy Lake Victoria, in Arizona, explodes from 5,000 to 50,000 for Spring Break, a riot of sun and drunken fun. But this year, there's something more to worry about than hangovers and complaints from local old timers—a new type of terror is about to be cut loose on Lake Victoria. After a sudden underwater tremor sets free scores of the prehistoric man-eating fish, an unlikely group of strangers must band ... [+]
Language of the review:
  • es
August 30, 2010
157 of 187 users found this review helpful
Alexandre Aja no ha inventado nada ni lo inventara jamás, pero hay que reconocerle un buen hacer ejemplar y un pulso fílmico envidiable. Si ya nos dejó sentados con Haute Tension y aplaudiendo con los huevos tras su remake de Las Colinas Tienen Ojos, infinitamente mejor que la original de Craven, aquí nos da la perfecta película veraniega para el pajero cinéfago. Dejando de lado el grandísimo guión original de ese señor nunca bien ponderado que atiende al nombre de John Sayles, Aja nos lleva a las vacaciones de primavera del arquetípico pueblo yanqui con lago, sólo que al jolgorio se suman unos peces más feos que un centollo con pegatinas y con más hambre que la que podamos tener cualquiera de nosotros tras ir de farra tres días seguidos. Y se lía gordísima, claro, porque los pescaos son unos guardianes de la moral y no soportan que la gente esté por sus aguas en culos y trasegando como si las resacas no existieran.

La cosa no entra a piñón, como es normal en Aja, que sabe manejar los crescendos como pocos, y entre homenajes (Richard Dreyfuss cantando la canción etílica de Tiburón, camisetas y diálogos sobre los Pixies, etc. etc.), pezones como lonchas de mortadela y amagos de esos en plan “¡uy, que susto!” pero luego nada, se llega a un clímax ENORME que puede ser perfectamente una de las cosas mas bárbaras pasadas en salas comerciales desde los loquísimos setenta (Italia no cuenta, que ahí están enfermísimos): el fiestón en medio del lago se convierte gracias a la presencia de las pirañas y el buen hacer habitual de Greg Nicotero y Howard Berger en un festival de cosa loca de la buena. Es impresionante, de verdad. Da gusto ver tantas barrabasadas filmadas así. Porque aquí toda la carne, que era mucha y en forma casi siempre de teturcia, termina mutilada, de una forma u otra, incluyendo cameos splatter de Eli Roth y actrices porno. Y para colmo, con eso del montaje paralelo, Aja nos deja un yate con fiestón de los buenos (tetas, guiskas y alpiste de ministro) que deriva en el clásico “barco atrapado y sus ocupantes jodidos”, que no deja de ser una excusa para darle una muerte horrible y harto desagradable al tontaina de Jerry O´Conell. Que era verle poco antes de blanco y en pantalón corto con el turulo en la nariz y ya sabíamos como iba a terminar, pero Aja va más allá y nos sirve una escena que bien podría pasar por un anuncio radical de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Jark Prongo
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