Viendo las calificaciones de esta entrañable película infantil, yo también me veo obligada a defender al pequeño Despereaux.

Desperaux es un ratoncito valiente y bondadoso que decide salvar al mundo del hambre, (los otros ratones somos todos aquellos que nos conformamos con el sistema porque tememos al cambio), para luchar contra las injusticias. En estos tiempos de crisis económica y moral no hay mensaje más positivo que el de este pequeño héroe idealista; ¡esta animación debería ser obligada!

Aquí se hace apología a un montón de temas controvertidos, crítica a la sociedad actual del poder y las apariencias; pero parece que ni se ve. No voy a compararlo con "La granja" de Orwell, pero la linea que sigue es la misma. En una entretenida historieta infantil nos habla sobre: el abuso de poder, las clases sociales, la "necesidad" de tener poder adquisitivo para ser alguien, la exclusión social que viven los seres "diferentes", la inconsistencia de los sentimientos e ideologías frente a la opinión de "la masa", la envidia del ser humano, el autoengaño del que no asume la realidad... y muchos más temas masticados para el público infantil. Que debe saber en qué mundo vive, que ya está bien de pensarnos que a los niños no les interesa más que los teletubies. Este Despereaux es tierno y entretenido, pero va más allá de las películas para niños. Y nos da una solución alentadora, ejemplar, fácil de comprender y vital: da igual en qué mundo vivamos, podemos cambiarlo atreviéndonos a ir a por nuestros sueños y ayudando a los demás... ¿Hay mejor enseñanza para un "niño"?

Además los muñecos están muy bien conseguidos, la historia no decae en ningún momento, muchos de los personajes tienen la profundidad de personas reales, dispone de un buen guión, entretiene hasta a los adultos, la poca violencia no es gratuita (el ratón es espadachin, algo tendrá que pinchar) y desborda imaginación a raudales.

Se despide con una frase sarcástica que resume la moraleja del film y se ríe, descaradamente, de tantos "happy end" que hasta nos cuelan en películas "adultas": "Y diría que fueron felices y comieron perdices pero ¡¿y eso qué más da?!". Lo importante es tirar pa alante y tener motivaciones, niños, tanto si somos "felices" como si no. ¡Bravooo!