Pues la chica boxeadora se enfrenta a una gran, gran mujer de raza negra muy tramposa y agresiva que le parte la columna con muy malas artes en una pelea fantasiosa que nadie puede creer. Y ya empieza el horror que hace llorar, llorar hasta ahogarse en lagrimas. Ella se queda paralítica, siempre plantada en el mismo sitio y aburrida, no tiene nadie que la saque a pasear ni tampoco puede salir ella sola, ni siquiera masturbarse en su soledad, porque ni mover el brazo puede. Y claro el señor venerable no le va a complacer ni tampoco el del ojo biruji (como dice mi amigo Mario, que es el señor con el que vivo en Spain) que es muy feo. Asi que su vida es triste y no puede saciar sus necesidades. Para ver esto pongo el telediario y cada día sale una historia más desoladora y de llorar, no se por qué no le dan óscar a Matias que lo cuenta con mucho sentimiento todo, ya puestos.

Es una triste situación y para colmo gana en absurdo cuando pasa lo siguiente: ¡Le tienen que amputar una pierna porque la cama le ha causado rozaduras graves! Esto es una tontería primorosa, en los hospitales tienen medios para que cosas así no ocurra, de hecho con ponerle una toallita bajo las piernas bastaría para que no se le gangrenase. Bueno y el final con el señor venerable desconectando de los tubos y la maquinaria a la jóven es muy deprimente. Señores, esto no se hace, transformar una historia de boxeo y padre e hija en una caos lacrimógeno. Creo que esta sobrevalorada esta película porque simplemente hace llorar, pero llorar es algo muy facil, es mucho más difícil hacer feliz a la gente en este mundo tan triste. Gracias por nada señor Eastwood, ahora me duele el cuerpo por los cortes y es su culpa.