El director Drake Doremus nos trae aquí una película para digerir de forma lenta y sin apuro, un drama distopico pero que se puede tomar como una metáfora de estos tiempos. Visualmente hermosa y con una paleta de colores fríos que van bien con el futuro sin emociones que se nos plantea, acompañado con una buena banda sonora, tenemos una historia de amor, pero mas que nada, es un relato sobre ir descubriendo sensaciones y sentimientos.
No es una película para todo el mundo, pero en estos tiempos que corren, plagados de superheroes y remakes, hay que agradecer que sigan haciendo ideas originales. Doremus tiene mucho futuro como director.