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Ferdydurke rating:
1
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5.2
10,160
Thriller
Quick-tempered Gil Renard (Robert De Niro) has an ex-wife who hates him, a son who fears him, and a job that he’s about to lose. The only thing that this down-on-his-luck knife salesman can count on is baseball. He's a loyal, die hard fan, specifically when it comes to his favorite player, Bobby Rayburn (Wesley Snipes). Renard has followed Rayburn’s career since day one and is thrilled that his hero has just signed with his hometown ... [+]
Language of the review:
- es
August 23, 2022
5 of 7 users found this review helpful
Totalmente inverosímil, increíblemente forzada y terriblemente subrayada. Tontería, sentimentalismo, simpleza. Tópicos, morbo, truculencia. Muy lamentable. Mala casi en cada plano. Creo que solo me gusta algo la pinta de De Niro, sus trajes, sus colores, ese algo que siempre de especial tiene, lo demás a la basura.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Un día de furia.
La muerte de Primo es inenarrable, el secuestro del chaval, acojonante, todo es una amalgama nefanda de lugares comunes gordos. Y la visión del béisbol es tan estrepitosa como chapucera, ridícula. Y la psicología de los personajes, charcutera, grosera, también espantosa la utilización sensiblera demente del hijo. O las conversaciones entre Barkin y Leguizamo, vaya par de majaderos por el ayuntamiento puestos, bultos sospechosos.
Un tipo de cuarenta millones, nos lo repiten como quinientas veces, y no sabe ni el número que se va a poner o le van a dejar, como si estuvieran en el patio del colegio y no en uno de los deportes más profesionalizados que hay. En fin, un desastre.
La muerte de Primo es inenarrable, el secuestro del chaval, acojonante, todo es una amalgama nefanda de lugares comunes gordos. Y la visión del béisbol es tan estrepitosa como chapucera, ridícula. Y la psicología de los personajes, charcutera, grosera, también espantosa la utilización sensiblera demente del hijo. O las conversaciones entre Barkin y Leguizamo, vaya par de majaderos por el ayuntamiento puestos, bultos sospechosos.
Un tipo de cuarenta millones, nos lo repiten como quinientas veces, y no sabe ni el número que se va a poner o le van a dejar, como si estuvieran en el patio del colegio y no en uno de los deportes más profesionalizados que hay. En fin, un desastre.