Me siento como un salmón. Nadar a contracorriente con una película que ha ganado todos los premios y que goza del beneplácito mundial casi por unanimidad no es nada fácil. No me gustó "The Host" (2006) que encandiló también al respetable y que puso a Joon-Ho en el mapa internacional. Mal empezamos. Y tampoco me convenció la distopía del tren circular de "Rompenieves" (2013) y por el camino hasta la presente se quedaron otras tres que no he tenido el placer de ver. Le reconozco al director su valía en su oficio, imágenes sugerentes y poderosas y su valentía al abordar los géneros pero no me emocionan sus historias siempre al borde cuando no de lleno en el disparate con subrayadas pretensiones sociales un poco de garrafón.

Aquí se emociona con la coctelera y mezcla todo lo mezclable con un cierto tono adolescente marca de la casa a sus cincuenta tacos para contarnos una fábula de amos y criados, un "Arriba y abajo" gamberro en el que utiliza todo tipo de artimañas para que la burra siga andando. Solo con las notables imágenes con las que ilustra los espacios donde viven y sobreviven los protagonistas ya sería suficiente y le estaríamos agradecidos. Pero la cosa tiene que durar más de dos horas y sobre todo en la primera, repetitiva, previsible y que pretende ser graciosa, acomoda todo lo que haga falta por muy inverosímil que esto sea para que le cuadren las cuentas. No hay quien se crea que los "ricos" son tan tontos por muy snob que sean y que los "pobres" son igual de tontos para atreverse a lo que al final hacen porque lo dice el guión. Vale que es una metáfora, pero la cosa se lleva una horita. Y luego viene el tio-vivo o los tios-muertos en un popurrí de géneros , en una huida hacia adelante en la que se debió echar unas risas cuando escribía el guión pero que al final remata con una coda dramática para recordarnos que la cosa es más seria de lo que parece.

No es un mala película, en absoluto. Y uno confía en que algún día Bong Joo-Ho haga coincidir su talento con la cámara con guiones a la misma altura. Puedo entender que el Hollywood actual empeñado en abrir sus fronteras elija al discípulo aventajado del cine de Corea del Sur. Lo de Europa sigue siendo para mí un misterio. A lo mejor es que cierto cine también ha parasitado las mentes de las nuevas generaciones de cinéfilos y claro como uno no sale de casa pues no se ha contagiado.

cineziete.wordpress.com