La figura del dragón siempre ha contado con un simbolismo especial, aunque diverso, en muchas culturas.

Es un ser mitológico que aparece, bien como un ser monstruoso, con apariencia de reptil, de grandes alas y escupiendo fuego por su boca, que era la imagen que de ellos solía tenerse en la edad media en Europa, o bien como una criatura benéfica, representante de las fuerzas primitivas y el universo, como en China y muchos otros lugares de Asia, cuya efigie representa el poder, la grandeza y la buena suerte.

Pero es la imagen Europea, con sus grandes alas, cara de aspecto demoníaco y una gran ferocidad la que ha trascendido mas en la cultura popular, donde suele aparecer en innumerables relatos de fantasía, espada y brujería y demás.

Pues bien basandose en ese arraigado simbolismo de que goza este ser mitológico y legendario sacaron esta co-producción realizada entre Estados Unidos, Eslovaquia y Gran Bretaña, dirigida por Rob Cohen y teniendo como protagonista al actor Dennis Quaid.

La historia del film juega con el estereotipo de los Dragones como seres temidos por el pueblo, y a su vez respetados por su sabiduría y generosidad, y eso nos lleva a Draco, un extraordinario Dragón, sabio y bondadoso, a quien Bowen un caballero inglés, con altos ideales de honor propios de los códigos caballerescos, esto es, el valor, la fe, humildad,defender a sus señores, señoras y sus familiares, a los huerfanos y las viudas, así como a la iglesia, mantener su lealtad hacia su rey o señor, y ser de corazón noble, cortés, honrado y equitativo, debía procurar ser un ejemplo a seguir hacia los demás, estos rasgos son sin duda los que definen a Bowen, en mundo que por lo general suele ser todo lo contrario a estos preceptos, el se mantiene fiel al viejo ¨ codigo¨, lleva ante el sabio Dragón al príncipe Einol, del que ejerce como tutor a la vez que intenta inculcarle sus conocimientos con la espada y su lealtad al ¨viejo código¨, el cual resultó herido durante el saqueo de una aldea rebelde a su padre, muerto durante la misma. Bowen intercede al noble Dragón asegurandole que es un buen muchacho al que vale la pena salvar, porque está convencido de que con su guia sera un rey justo y noble de corazón, de modo que el viejo Draco accede entregándole la mitad de su corazón, por este acto Bowen jura al Dragón gratitud eterna y promete saldar su deuda en el futuro.

Empero, las expectativas de Bowen no se ven cumplidas, pues con el pasar de los años Einol se va volviendo cada vez mas despótico, cruel e inmisericorde, llegando al enfrentamiento con su propio mentor Bowen, quien incapaz de asimilar que Einol ha corrompido el regalo que Draco le hizo, culpa ha este del comportamiento de Einol. Bowen jurará dar caza a todos los dragones existentes hasta llegar a Draco, pero el caballero pronto descubrirá que el viejo Dragón y el son mas parecidos que lo que podría haber imaginado.

Drahonhert es pues, una bonita historia de fantasía medieval, que trata temas universales como la amistad, la traición y las injustic ias y porque no también del sacrificio por el bien común.

Dennis Quaid está perfecto en su rol de incorruptible soldado de principios inquebrantables, enfrentado a un odioso y mega-malvado David Thewlis como el rey Einon, quien está memorable, un Pete Postletwhaite encantador y simpatico como el bondadoso hermano Gilbert, y también con Dina Meyer poniendo la parte femenina al film.

Como no, la estrella de la función, Draco resulta entreñable en todos los sentidos, maravillosamente diseñado y recreado, con las voces de Sean Connery en habla inglesa y de Francisco Rabal en España, la de Rabal en este caso, le dá un toque de viejo maestro y de distinción que resultan de los mas acertados.

Aunque la película no se salva de ciertos clichés, de personajes algo estereotipados y tópicos propios de los film de fantasía, pues se le pude achacar algún defectillo como que es una historia que tampoco se sale, ni intenta ir mas allá de lo políticamente correcto, el film logra sobresalir gracias a una solvente dirección de Rob Cohen, una música muy adecuada de Randy Edelman, y un ritmo y ambientación bien construidos.

Una de esas pelis que te ves de pequeño miles de veces, que te marcan casi sin darte cuenta, haciéndote recordar instintivamente su preciosa melodía y que en conjunto es una obra disfrutable y entretenida por igual.

Gracias.