Lo que más me llamó la atención de la primera película, fue el ambiente creado por Ridley Scott. Los escenarios, los atuendos, el mundo que crea alrededor de la historia. La historia en sí misma, tampoco era gran cosa, pero era entretenida e imaginativa. En esta secuela, el ambiente sigue igual. Tiene gracia, porque 2049, no está tan lejos y muchos llegarán a verlo y a comprobar, que no tendrá nada que ver con lo que dice la película. Podían haberle puesto una fecha más lejana. En cualquier caso, como digo, el ambiente sigue igual, pero en este caso, la historia es mucho más lenta. Tuve el acierto de ver de nuevo la antigua, y gracias a ello pude seguir el guión, en otro caso me habría perdido. Ya avanzo, que no merece la pena verla en tres dimensiones, porque las ocasiones en que se puede disfrutar del efecto tridimensional, son pocas. Las escenas de acción son escasas y no son nada del otro mundo. Son frecuentes los planos lentos, con ruido muy estridente. Abstenerse aquellos a quienes les molesten los ruidos. En algún momento, se hace un poco larga. Pasado el tiempo prudencial para que acabe la película, sin embargo, la trama sigue muy enredada. En cierta forma, la acaban un poco de cualquier manera. La historia en cualquier caso, no está deslabazada y es más sofisticada que la primera. De todas maneras, aquellos que disfrutaron con la ambientación creada en la primera película, que es mi caso, no quedarán decepcionados.