Como muchas otras críticas de este página reafirman, se trata de una pequeña obra maestra de serie B que parte de la premisa del clásico relato de "Pedro y el Lobo" (famoso por contar mentiras y cuando realmente se produce la llegada del lobo nadie le cree).

Ted Tetzlaff, director de fotografía reconvertido a director de cine, realiza, en esta adaptación de Cornell Woolrich ("La ventana indiscreta", "Mentira latente", etc.), su obra más reseñable y lograda. Como también afirman otros cinéfilos, nada falta en la película y nada sobra.

Lo mejor es la cuidada escenografía, fotografía y montaje, junto al soberbio guión que te atrapa con su "crescendo" climático angustioso. Mención aparte merece el joven Bobby Driscoll que se muestra convincente, veraz y natural en la maravillosa interpretación que hace (al igual que el resto del elenco).

Sorprendente, poco conocida y más que genial, se muestra este film; otro más a reivindicar y revalorizar en el mundo del séptimo arte.