No recordaba que esta película está basada en hechos reales (lo cual comentan en los títulos de crédito finales). De hecho, no recordaba mucho de ella. Y al ver un comentario sobre ello, decidí verla de nuevo.

Realmente la película no es gran cosa. Hay sexo explícito, que fue lo que la catapultó a la fama, pero que a día de hoy se ve hasta inocente. Salvo, tal vez, la escena del huevo cocido. La historia es muy simple. Un señor acomodado se fuga con una de las criadas y viven un tórrido y apasionado romance. La chica cada vez esta más obsesionada con él. Y cada vez tienen encuentros sexuales más atrevidos.

Se me ha caído el mito de la geisha como la joven y guapa dama de compañía que domina las artes de la música y la poesía. Imagino que esta película retrata fielmente lo que era una geisha en esos tiempos, antes de que la globalización lo inundara todo, pues la fue rodada en los 70s. Aquí las geishas tocan como un niño con una guitarra de juguete de la feria, y cantan como un gato al que le han pisado el rabo.

Hablando de niños, salen un niño y una niña jugando desnudos, y en otra escena unos niños lanzan nieve al pene de un borracho. Quien hoy en día pretendiese rodar esas escenas tendría muchos problemas legales y sociales. El mundo ha cambiado mucho en medio siglo.

Fue una gran película, atrevida y rompedora, pero ha envejecido muy mal.