Un guión bastante original, y más por el año 95. El planeta es un inmenso océano y la tierra firme un vago recuerdo recuerdo convertido en leyenda. La población vive en plataformas y barcos. Aparte, empieza a haber mutaciones genéticas, así que hay dos cosas que se ansían: mantener la variedad genética y cualquier cosa que recuerde a la tierra firme. Ansían llegar a tocar tierra, pero como yo ansío que me toque la primitiva, soñando por soñar.

Los malos son una banda, especie de piratas que llegan con prepotencia tomando todo a su antojo. Nunca me ha atraído como actor Dennis Hopper, pero me resulta especialmente tedioso haciendo de malo, papel en el que es frecuente verlo. La estética no es pirata. Tampoco de banda criminal de cine negro, ni de banda criminal de cine actual. Tampoco ciberpunk. Más bien son unos personajes esperpénticos y desorganizados salidos de un circo. Esto es realmente lo que se carga la película, y lo que hace en e lugar de 8 le de un 6.

La critica se ensañó con esta superproducción, haciendo leña del árbol caído. Tanto que incluso en los simpsons hay una escena donde Milhouse va a jugar a una maquinita basada en el juego y tras introducir la moneda, Kevin Costner da un paso adelante y el juego termina pidiendo que se introduzcan más monedas.