Por una vez, los traductores españoles acertaron: Larga es la noche... A priori, este relato del calvario físico-espiritual de un activista del IRA en su búsqueda de una salida prometía, pero un metraje excesivo y cierta ñoñería deslucen el espectáculo. Por poner un simil, recuerda mucho a The Warriors, pero donde Walter Hill es capaz de hacer un relato viril, trepidante, casi homérico, de una banda que ha de cruzar una Nueva York hostil en tan solo una noche, el guión de Odd man out se queda a mitad de camino entre el thriller que pedía ser y una película más reflexiva que acaba aburriendo. Carol Reed demuestra oficio y acierta plasmando una ciudad amenazante y fantasmal (claramente es un campo de experimentación para la posterior El tercer hombre), pero no es capaz de sobreponerse a un guión que debió ser más corto y centrado en lo emocionante de la premisa inicial; James Mason por otra parte, está convincente, pero el casting debió buscar un antagonista de más entidad. En resumen, película con tintes de calidad pero con un desarrollo quizás errado. Nuevamente, si no existiera The warriors no sería descabellado hacer un remake con más nervio.