Una vez más, falló el tono. La novela de Scott Card es excelente porque, aparte de ser atractiva desde el punto de vista de la Ciencia ficción convencional, ofrecía un mosaico psicológico apasionante y un fondo de reflexión sobre la naturaleza humana muy de agradecer. Por aclarar más esto, sería un poco como Solaris pero con más cacería de bichos y más acción, el típico libro que uno se lee de un tirón. Como en Hollywood no saben muy bien que hacer con estos mimbres, y Tarkovsky aparte de estar muerto era un poco plomizo, han tirado por el camino del medio y han hecho un producto con formas de Blockbuster y una fina pátina de pseudo-trascendencia. En lo visual Ender's game tiene un acabado exquisito, lo cual es también un error pues la historia original quizás pedía un diseño de producción con más mugre y una tecnología que no parezca de juguete. Gavin Hood es incapaz de transmitir la más mínima personalidad al conjunto y aunque el guión adaptado recoge los hechos fundamentales no hay tiempo material para explicar motivaciones, desarrollar personajes o extenderse en diálogos sustanciosos. El reparto, algo que debió cuidarse más, carece de lustre y Harrison Ford despliega una desgana criminal, mientras que Sir Ben Kingsley salva la papeleta gracias a que es un animal escénico y llena la pantalla aunque salga durmiendo. Asa Butterfield... tiene un físico adecuado para el papel pero a pesar de trodo su empeño sus líneas jamás captaron la esencia del personaje literario. En resumen, obra menor que no contentará a nadie, ni a los acérrimos de la novela, ni a los aficionados a la Sci-Fi ni a los incautos que se dejen caer por la función.