Reconozco que pocas cosas pueden sorprenderme de Michael Bay a estas alturas: me son familiares su nulo conocimiento del lenguaje cinematográfico, su uso grosero de la cámara, su desprecio por el medio y su misoginia impropia del siglo XXI. Por tanto, este nuevo excremento de la fábrica de churros de Hollywood da exactamente lo que promete y tiene las mismas virtudes (te retrotrae a una infancia analmente pre-racional) y defectos que sus predecesoras; nada que objetar. Sin embargo, reconozco que pensaba que era imposible hacer un guión peor y lo han conseguido: al aspecto lúdico de los robots gigantes zurrándose se le ha sumado el discurso ideológico ochentero más rancio (hay escenas que parecen sacadas de "El secreto de mi éxito"), las reintrepretaciones conspiranoicas de la historia de saldo, y un tratamiento de la mujer propio del medioevo. Si les pone el ver a grandes actores humillándose por unas monedas, creadores de efectos visuales malgastados y muuuchos travellings innecesarios, esta es su película.

PD: Si necesitas que todas y cada una de tus escenas de acción sean en slow-motion, es que no sabes hacerlas. Es de cajón.