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Coleccionista Visual rating:
9
6.2
47
Drama
The inhabitants of a middle-class apartment complex struggle with financial problems, relationships and their neighbors.
Language of the review:
- es
July 6, 2005
4 of 4 users found this review helpful
"Corazones Rotos" retrata la vida de personajes en seis apartamentos de un multifamiliar en la Ciudad de México. Nos acerca a su forma de vida, a sus virtudes y defectos, a sus búsquedas y encuentros, a sus necesidades como integrantes de una sociedad mercantilista. Los problemas expuestos por Montero son muchos, enfatizados por la necesidad económica y los diferentes puntos de vista de los personajes ante las situaciones cotidianas y el dinero. Como en la vida diaria, la película tiene un abanico de desenlaces para cada caso, en muchos de ellos la apatía y el conformismo hacen acto de presencia, pero también la tragedia, el cinismo, el desencanto y la resignación, encuentran cabida dentro del guión.
El trabajo histriónico a cargo de Rafael Sánchez Navarro, Verónica Merchant, Lorena Rojas, Francisco de la O, Cristina Michaus y Norma Herrera, sin duda respaldan el filme, pero cabe destacar la intervención de la primera actriz Carmen Montejo. Ella se encarga de dar un toque más de desesperanza y angustia al entorno que la rodea (apartamento Azul), representando a la gente de la tercera edad sin poder adquisitivo. Otra actuación memorable es la de Ana Martin, representando a una prostituta con un hijo (apartamento Rojo) y todas las adversidades consecuentes por la falta de una imagen paterna y mayor atención de ella para con él.
Otra característica muy particular de la cinta es el color de las ambientaciones en cada apartamento, en el cual las denotaciones y connotaciones se utilizaron de manera frecuente. Por ejemplo el apartamento de la prostituta con su hijo es ambientado con rojo, muy ligado a cuestiones relacionadas con el sexo; en cambio el apartamento en color verde es habitado por una pareja que sobrevalora el dinero y la forma de obtenerlo es lo de menos; el amarillo relacionado con lo banal y lo superfluo, una familia con hijos que guardan las apariencias a pesar de su situación; el apartamento con ambientación azul connota tristeza y angustia, reafirmado por los personajes que rentan dos habitaciones y sufren la intransigencia de la propietaria; en cambio en el apartamento blanco con cierto tono calido ocupado por una pareja con dos hijas es victima del desempleo y las deudas, pero que aun con todo y los problemas la madre fomenta cariño y respeto por la figura paterna. Caso contrario en el apartamento en blanco con tonos y luces frías, en donde el amor y la comprensión de esta pareja no existe y la relación se torna hostil.
Está cinta es una alternativa al gran escaparate de filmes con temática similar, y ofrece otra visión de lo filmado en México en los últimos años, que desgraciadamente ha sido encasillado en delincuencia, lenguaje prosaico, marginación, corrupción, entre otros.
El trabajo histriónico a cargo de Rafael Sánchez Navarro, Verónica Merchant, Lorena Rojas, Francisco de la O, Cristina Michaus y Norma Herrera, sin duda respaldan el filme, pero cabe destacar la intervención de la primera actriz Carmen Montejo. Ella se encarga de dar un toque más de desesperanza y angustia al entorno que la rodea (apartamento Azul), representando a la gente de la tercera edad sin poder adquisitivo. Otra actuación memorable es la de Ana Martin, representando a una prostituta con un hijo (apartamento Rojo) y todas las adversidades consecuentes por la falta de una imagen paterna y mayor atención de ella para con él.
Otra característica muy particular de la cinta es el color de las ambientaciones en cada apartamento, en el cual las denotaciones y connotaciones se utilizaron de manera frecuente. Por ejemplo el apartamento de la prostituta con su hijo es ambientado con rojo, muy ligado a cuestiones relacionadas con el sexo; en cambio el apartamento en color verde es habitado por una pareja que sobrevalora el dinero y la forma de obtenerlo es lo de menos; el amarillo relacionado con lo banal y lo superfluo, una familia con hijos que guardan las apariencias a pesar de su situación; el apartamento con ambientación azul connota tristeza y angustia, reafirmado por los personajes que rentan dos habitaciones y sufren la intransigencia de la propietaria; en cambio en el apartamento blanco con cierto tono calido ocupado por una pareja con dos hijas es victima del desempleo y las deudas, pero que aun con todo y los problemas la madre fomenta cariño y respeto por la figura paterna. Caso contrario en el apartamento en blanco con tonos y luces frías, en donde el amor y la comprensión de esta pareja no existe y la relación se torna hostil.
Está cinta es una alternativa al gran escaparate de filmes con temática similar, y ofrece otra visión de lo filmado en México en los últimos años, que desgraciadamente ha sido encasillado en delincuencia, lenguaje prosaico, marginación, corrupción, entre otros.