'El proyecto de la bruja de Blair' fue una de las películas más sorprendentes de su época ya que, en esos momentos no se estilaba el género de 'metraje encontrado', el cual ya lo tenemos más que interiorizado por la masiva oferta que se ha creado desde el éxito de esta película en taquilla. Adam Wingard nos trae en esta ocasión su secuela directa, intentando profundizar en el mito de la famosa bruja.

Un grupo de amigos decide adentrarse en el bosque para que uno de los miembros busque a su hermana perdida años atrás. Una premisa lo suficientemente jugosa como para dejarse llevar de nuevo por la experiencia.

La película sigue los esquemas de su predecesora como si se tratase de un remake encubierto, aunque esta vez dando varias vueltas de tuerca. En el tramo final es donde se aprecia más la personalidad del nuevo director, además de dotando a la película de una ambientación muy superior a la entrega original.

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