Una película que hará las delicias de los milenials buscando metáforas dobles sentidos, cuando es únicamente un delirio. Hacia tiempo que no vea una canallada como esta desde el final de Lost. Un viaje a ninguna parte que pretende recordarnos que el ser humano es capaz de lo peor delante de la necesidad, a excepción del prota que es todo virtud.

Existen películas con finales abiertos como origen, de libre interpretación y otras que simplemente son un desvario. Al final para hacer películas ya no importara nada mas que hacerte sentir interés para no contarte nada, por mucho que digan que lo que importa es el viaje es una falacia para colarte algo que pudo llegar a ser algo y se quedó por el camino.