Cuando me pongo a pensar en thrillers -género dificilísimo- que cumplan con todos los requisitos para la perfección, sólo dos o tres, tal vez cinco, aparecen en mi mente. Éste es uno de ellos.

Con un comienzo desesperante, el joven Jesse y su amigo Chester nos invitan a vivir una aventura que nos llevará más allá de lo impensado. Cuanta verdad tiene la gente que asegura que no todo está inventado en el cine. Aquí una fiel prueba de ello... No quiero adentrar mucho sobre el extenso y complejo argumento, meramente para no sabotearles vilmente el revelador final, pero les prometo que quedarán atónitos. Avestruces, gigantes, sectas, autos, relaciones maritales, el universo y hasta la homosexualidad son sólo algunos de los tantos elementos y temas que roza el filme.

Sin vacilar puedo afirmar que pocos directores con los cojones del Sr. Leiner se han animado a mezclar géneros tan opuestos como el thriller y la ciencia ficción. Mención aparte -no me había olvidado- para los efectos especiales que nos dejarán con la cabeza pegada al asiento durante todo el trayecto.

En conclusión, si buscan una película inteligente y compleja, cuyo final no sea revelado hasta el último segundo y que tenga actuaciones memorables (merecidísima la nominación al Oscar de Mejor Actor de Reparto para Sean William Scott) ésto es lo que están buscando.

Un verdadero homenaje al cine de Hitchcock. ¡Salud!