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Spain Spain · Barcelona
Ramsés rating:
10
War. Drama The Battle of Iwo Jima, fought in the winter of 1945 on a rocky island south of Japan, brought a ferocious slice of hell to earth: in a month's time, more than 22,000 Japanese soldiers would die defending a patch of ground a third the size of Manhattan, while nearly 26,000 Americans fell taking it from them. The battle was a turning point in the war in the Pacific, and it produced one of World War II's enduring images: a photograph of ... [+]
Language of the review:
  • es
September 11, 2008
10 of 12 users found this review helpful
Es una tentación comparar “Flags of Our Fathers “ con “Saving Private Ryan”. Ambas se refieren a la Segunda Guerra Mundial, y se asoman en una época en que los hechos ya son lo bastante lejanos como para que, ni directores, actores y espectadores tengan poco que ver con los mismos y en la que la producción del cine bélico escasea y el poco se refiere a batallas más recientes.
Entre las dos hay coincidencias: Los trepidantes veinte minutos primeros del film de Spielberg del desembarco en Omaha y las espectaculares escenas de la flota dejando su carga humana en Iwo Jima del de Eastwood. Claro que se parecen: ambas películas pretenden hacernos ver un desembarco y las tácticas del mismo son las que son, o sea una multitud de hombres al asalto, lanzados a la incertidumbre de la playa en pos de la conquista del territorio, previas las maniobras de bombardeo, aproximación y embarque en las frágiles lanchas. Pero son Films radicalmente opuestos.
Spielberg, que bebe de fuentes como el cómic y los clásicos del cine – en realidad “Saving Private Ryan” es un magnífico homenaje a reconocidos autores del género, como Fuller, Kubrick, Wicky entre otros, de los que reproduce escenas conocidas- busca la anécdota; el impacto visual de horror, como cuando un soldado va buscando su brazo recién amputado, entre el combate; “Saving P.R.” es un improbable relato sobre la prevalencia de algunos factores de inteligencia emocional en la guerra: Un general se preocupa de enviar un equipo de élite para salvar al cuarto vástago de una familia que ya había contribuido al sacrificio con la muerte de los otros tres.
Eastwood, sin ser tan explícito en las secuencias de morbosa espectacularidad, ofrece una ácida versión de la situación; seguramente sin proponérselo, le sale un anti “Saving Private Ryan”, puesto que en Iwo Jima nadie pretende salvar a nadie –incluso cuando la escuadra se dirige a su objetivo y se cae un soldado al agua, ahí se le deja. La US Navy no va a detener su avance por una minucia así- en Iwo Jima un fotógrafo logra un encuadre excepcional, que pone en marcha toda una campaña propagandística, al objeto de conseguir que la población civil siga dando soporte a la hecatombe, comprando bonos y enviando levas de soldados. Ahí se fabrican héroes donde no los hay, mientras los auténticos yacen en las arenas volcánicas de la isla japonesa. Ahí no hay generales que pretendan salvar a soldados Ryan. Y Eastwood, este nuevo gran clásico, lo explica con la maestría que le llevó a filmar “Sin perdón” y con la energía y sutileza con la que retrataba los personajes de “Mystic River”.
De la estética de cómic de Spielberg, a la grandiosidad clásica y profunda de Eastwood, me quedo con la segunda, puesto en la coyuntura de haber de elegir. Por lo tanto, mi criterio es: Eastwood, 1; Spielberg, 0.
Ramsés
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