Sorprender con una película de terror al curtido en salvajadas mil espectador de hoy en día, se me antoja algo realmente difícil, me refiero a provocar escalofríos, no a sangres varias, nuevas propuestas de consagrados popes del género o más o menos originales variaciones sobre el sota, caballo , rey (vampiros, fantasmas , fenómenos extraños, casas encantadas, zombies, y demás).

Muy de vez en cuando aparece una producción que si logra ponerte los pelos como al espectador de hace 30 años lo pudieron hacer "El Exorcista" o "La Semilla del Diablo" (por citar alguna, aunque tampoco se crean que hay mucho mas), claro que era otra época en las que las producciones que se podían ver al año eran irrisorias comparadas con las que luego pudimos ver con la irrupción del VCR y finalmente la casi orgiástica y embotadora selección de títulos que están a mano en la red.

Pues bien, a mi juicio esta modestísima producción que debido a su factura técnica, a la natural prevención con la que suelo acoger este tipo de productos (salvo "Rec", las demás, empezando por "La Bruja de Blair", dejan mucho que desear) y a haber empezado a verla con las cejas enarcadas y una cierta actitud de perdonavidas, es una de esas rara avis que realmente logra hacerte sentir escalofríos a poco que te descuides, te va atrapando poco a poco, te hace acabar involucrado en lo que estás viendo, meterte en la piel de la puteada pareja y disfrutar hasta el último minuto de metraje sin ir de listo buscando tres pies al gato. De la dirección y actores, sólo decir que aparte de ser unos absolutos desconocidos para mí, han logrado sentar cátedra y casi referencia en el género (casi nada).