Era una película que tenía guardada pero no me apetecía nada verla, no sabía de que trataba y tampoco me gustan estas películas muy taquilleras de una época pero que luego todos acaban olvidando.

Hoy en día nadie nombra esta película y tampoco se acuerdan mucho del óscar de Julia Roberts, no es de esos papeles que hagan historia, simplemente es de esas actrices que tarden o temprano les acaban dando el óscar.

La película es muy entretenida, está muy bien dirigida porque es muy fácil de seguir, a pesar de ser un tema muy complejo, el director sabe que cosas poner y que cosas no para que el espectador no se pierda en el tema, y deja atrás los juicios para centrase en la historia y sobre todo en el papel de la protagonista, una mujer con mucho carácter que logró hacer todo gracias a su personalidad.

La película está hecha al más estilo americano, es decir, fácil de digerir y llegando al dolor del espectador, todo para llenar taquillas pero al final de esto también te quedas con una crítica social y real del momento, es sin duda, una película necesaria.

Aplaudo la labor conseguida por películas que denuncian el poder de los ricos y su falta de escrúpulos a la hora de hacer las cosas, pero es una pena que no tenga más trascendencia social.