No todas las películas de Bette Davis son buenas o sus interpretaciones, a veces pueden ser un poco irregulares.
Puede resultar incómodo decir que una interpretación de la diva era un poco irregular pero así podía ser si no se tenía a un buen director, y este es el caso, ella salva el papel pero no lo borda, ella podía decir mucho más y aquí es el caso de un buen guión, una gran historia pero de una mala dirección.

Lo mejor de la película es la historia, una historia que profundiza en las grandezas y carencias de la riqueza y de la pobreza, de la mierda que se puede mover en esas grandes fortunas, esa vida aristocrática, una vida solamente de fachada.

Nuestra diva será capaz de hacer cualquier cosa por poseer esa riqueza que un día le robaron, esa riqueza material que tanto envidia.
La película muestra con claridad las dos caras de la riqueza y de la pobreza sin saber que es lo hay por abajo.

La idea es muy buena, el guión es muy bueno pero está bastante mal dirigido, tiene muy malos momentos que no profundizan o que dejan atrás partes importantes de los personajes o de ciertas circunstancias que podrían ser de cierto interés para el guión.

A todo esto va unido una mala dirección de los actores, está claro que Bette Davis era una gran actriz pero está claro que también necesitaba a un gran director que la guiase, ella es buena pero hay directores que sacan lo mejor de ella.

Es una pena que este guión y con esta actriz no haya caído en otras manos porque hubiese sido genial, uno de esos clásicos inolvidables, de esta manera se ha quedado en una simple película.