Se mire por donde se mire, Las aventuras de Tadeo Jones es un absoluto triunfo.
Como película de aventuras es perfecta, con un ritmo imparable (se pasa en un suspiro) y una maravillosa mezcla de elementos (humor, amor, drama, acción). La animación, sin llegar por supuesto ni de lejos al nivel de detalle de las compañías estadounidenses, sobre todo en el pelo y los gestos de Sara, es la mar de meritora, especialmente en su bellísima recreación de las ciudades y paisajes peruanos (a veces parece estar mirando una foto más que una animación). Y los personajes... ¡qué personajes! Desde ese loro y ese perro que se ganan un sitio en la lista de "Animales más simpáticos del cine de animación" hasta el propio Tadeo y ese encantador sinvergüenza adicto a las telenovelas y vendedor ambulante que es el Freddy de José Mota, todo el diseño de personajes acaba por resultar indudablemente tópico pero inolvidable.
En definitiva, una aventura ejemplar y casi perfecta para los niños y los que no se han olvidado de serlo. Porque Tadeo es nuestro héroe, el de todos los que alguna vez hemos jugado a vivir aventuras y hemos soñado con mundos misteriosos y mágicos. Bienvenidas sean sus aventuras.

Lo mejor: Casi todo, pero principalmente lo entretenidísima que es y el diseño de personajes.
Lo peor: El oportunismo. ¿A santo de qué viene la canción de One Direction en el viaje a Macchu Picchu? ¿Qué aporta, además de sumarse al carro de la popularidad del grupo? Las canciones en general son bastante prescindibles. Y a la animación le falta un pasito (atención al pelo poco realista de Sara)