Bastante desigual filme de horror, que tiene una buena premisa pero creo honestamente que el bueno y recordado Stuart Gordon no supo llevar a buen puerto. Al menos no pudo sacar beneficio total a los buenos mimbres de los que dispuso.
Técnicamente está muy bien, con estupenda dirección artística y bonita fotografía. Asimismo, los intérpretes se esfuerzan, con una Barbara Crampton bella y entonada.
Pero sucede que se parte de una única situación, a veces malograda por un esteticismo vacuo y unos golpes de efectos que caen en saco roto por el fallido ritmo impreso, amén de diálogos faltos de calidad.
Con todo es de reconocer que no aburre pero tiene algunos tiempos muertos y el terror imperante al final casi queda en agua de borrajas, decepcionando un tanto.
No se puede decir que no está mal pero claramente podría haber estado mejor.

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