Tras ver esta película, y tras haber visto la filmografía de Tom Hardy casi entera, vuelvo a quedarme ensimismado con este actorazo londinense, que para mí es, a día de hoy, de lo mejorcito en el séptimo arte. Sorprendente también el papel de Benedict Cumberbatch, actor que tampoco defrauda en sus películas.
La historia de Stuart Clive Shorter es una historia triste, conmovedora, cruel, inspiradora, tierna, y no se me ocurriría otro actor que pudiera transmitir tanto como Hardy. Stuart y Alexander, dos mundos diferentes aunque ciertamente relacionados, dos personas que aprenden el valor de una amistad sincera conociéndose poco a poco, un Stuart que se abre y con cada detalle te emociona y te toca la fibra, un Alexander aprendiendo una experiencia que los libros no enseñan, escribiendo precisamente el libro de la biografía de Stuart.
Me ha parecido una película notable, más allá de la trama y el guión, sin estos dos actores posiblemente hubiera sido otra cosa.