La película se viene abajo debido al deficiente trabajo de la mayoría de los actores y extras. Los diálogos son malísimos y no le hacen justicia a la pobre Adriana Orores, que estaba pidiendo a gritos un buen guión. Otro de los despropósitos es el hijo yonki, representado por un actor recién salido de "Al salir de clase" que dan ganas de matarlo. Los demás yonkis pueden parecer medio reales pero ¿ése? pufff.
Emotividad 0. Diálogos forzados escritos en el metro. Madres marujas atolondradas nada identificables y fuera de cualquier atisbo de realidad.
Con más presupuesto y oficio y con un director como Amenábar se podía haber hecho algo realmente emotivo y realista como "Mar adentro" o "Te doy mis ojos" pero no ha sido el caso.