Lo más gracioso de todo, al inicio de la película te dicen Basado en hechos reales... juas juas, una cosa es que los Iker Jimenez yeyes estos existieran de verdad y otra que todo el desaguisado que monta el director tenga un 1% de credibilidad. Comenzando por la Novia de Chucky de aperitivo, James Wan se aleja del terror psicológico retorcido y angustioso de su obra cumbre Saw, para limitarse a confeccionar un batiburrillo de escenas de terror ya vistas mil veces en anteriores películas del género. La casa encantada tipo Amityville, la niña cursi que juega con su amigo el fantasma, El exorcista, La maldición, Al final de la escalera, El orfanato, Poltergeist e incluso Los pájaros de Hitchcock. El problema es que es todo tan predecible que la película se limita a darnos sustos cada cierto tiempo, algunos te dejan un segundo con la piel de gallina si, pero en ningún momento se logra una atmósfera terrorífica continua que te mantenga en tensión, todo ello intercalado con unos diálogos cursis bañados en una melodía dulzona pastelera donde se nos deja bien claro que allí todo el mundo es bueno y se quiere mucho y tralari tralara. Eso cuando no se juntan el chino y el policía y crean el festival del chascarrillo y el humor para relajar la tensión.
En los minutos finales, era tan sonrojante el despropósito que ya solo conseguía pensar en mis propios misterios, como el por que de Ron Livingston llevando siempre la misma camisa durante toda la historia, estremecedor cuanto menos queridos espectadores.