Después de una más que notable primera incursión en cines con "Las dos caras de la verdad", con un Edward Norton pletórico, y tras interesantes títulos entre los que destacar "Frequency", una obra no del todo valorada, el director Gregory Hoblit vuelve a las pantallas con un thriller denuncia al morbo de los seres humanos y a la propagación de crueles y sádicos contenidos por Internet.

Un tema que ya abordase con mejores resultados nuestro Alejandro Amenabar en su particular y revolucionaria "Tesis". Este Rastro cuenta con una correcta Diane Lane como protagonista de la función, secundada por Colin Hanks ("Tom Hanks Jr."), Billy Burke y un enigmático Joseph Cross como villano a capturar. Ojo, esto no es un spoiler, ya que, dejando de lado los tópicos, el asesino se nos presenta casi al comienzo de la cinta, rompiendo con la clásica estructura de descubrir al malo en el último momento, evitando giros finales no deseados.

Difiere por tanto en este aspecto de los thrillers al uso pero cae en los mismos y repetitivos tópicos de siempre: asesino con trauma y por lo tanto posible justificación, que mata con complicadas trampas morbosas; policía con trauma también que cae presa del asesino, etc. Hace, eso sí, un elaborado uso del montaje, ayudando a impulsar la película con agilidad y precisión.

En resumen, una entretenida cinta, algo por debajo de las posibilidades del director, con un elenco competitivo y una historia que podría haber dado más de sí, pero que al menos no crea verguenza ajena en el espectador. Esperemos que Hoblit recupere el pulso y el carácter que imprimiera a sus primeras obras.