El único inconveniente de esta película es que el argumento resulta algo enrevesado, pero es un fallo mínimo, habida cuenta de que -en muchas ocasiones-la realidad supera la ficción ( y con creces).

De todas formas, es una gran película y tiene un altísimo interés. No decae, más bien al contrario, el interés va "in crescendo".

A destacar la bellísima fotografía en blanco y negro de Joseph Biroc, la excelente música de Frank DeVol y, sobre todo, la magnífica interpretación de Bette Davis, aunque sus compañeras de reparto también lo hacen muy bien (Olivia de Havilland, Cecil Kellaway y Mary Astor).

Es una película difícil de encasillar en un género concreto, pues tiene características del Thriler, el drama psicológico y del cine negro. Entre los temas que trata están la ambición, el poder del dinero y los límites entre la cordura y la locura.