Primero se gana la vida cazando búfalos y por circunstancias termina como Sheriff. Sus hermanos son el único apoyo que acepta basándose en la ridícula filosofía de que “la familia es lo más importante” y su destino irá ligado de una manera un tanto irónica a la amistad que establece con Doc Hollyday, un personaje moribundo (inmenso Dennis Quaid) que encuentra en Wyatt honestidad y sinceridad. La relación entre ambos será crucial para el desarrollo de la película, Hollyday que nada tiene que perder estará dispuesto a sacrificarse por Wyatt, matizado como un ser despótico que retiene a sus hermanos en función de sus propósitos. Hermanos que son presentados como faltos de personalidad y con fines que probablemente nada tendrían que ver con los episodios de su hermano, los Earp forman un elemento familiar unido en el que Wyatt se erige como la cabeza visible sin contar con las opiniones de los demás hermanos que le siguen allá donde va como marionetas. El Wyatt Earp de Kasdan es mostrado en su lado más oscuro, se relaciona con una prostituta a la que no respeta pero permite que permanezca a su lado, no duda en matar a quien se pone por delante y el famoso duelo de OK Corral pasa a un segundo plano, el director no consiente que la acción entorpezca en ningún momento la historia y no es hasta que el personaje está desgastado cuando permite dar rienda suelta al desenlace, para lo cual se toma 3 horas estupendamente aprovechadas. Puro western filmado con un exquisito gusto y respeto, en mi opinión junto con “El fuera de la ley” y “Sin perdón” lo mejor que se ha filmado hasta el día de hoy.