Y es que esta película, en la línea de la superior DE REPENTE UN EXTRAÑO y de tantas otras de psicópata que invade la vida de, preferentemente, una pareja de ingenuos enamorados, está ya muchas veces realizada.

No obstante, la película se sostiene bastante bien en su primera parte por la interpretación, extraña y poco convencional, de Dennis Quaid, que aunque interpreta improbablemente al psicópata, sí llena la pantalla con suficiencia y tablas. El resto del reparto es tan anodino como predecible es todo lo que va sucediendo y es que todos parece que vemos venir el desastre excepto la inocente y cargante pareja, que aquí, supongo que para cubrir cuota, son dos actores negros bastante flojitos, en especial la parte masculina de la pareja.

El último tercio de la película es ya claramente una película de terror y sin duda es donde más se le ven las costuras a este producto del montón pero que yo vi con cierto agrado. Y es que siempre me gustó Quaid.