Sin duda, una película y un creador a seguir, australianos ambos, film y director, creo que no se estrenó en España en salas comerciales, algo habitual con producciones de países más o menos exóticos. No hubiera ocurrido así si hubiera sido americana, incluso británica o francesa. Ese cine, aún siendo mediocre o simplemente nefasto, tiene una distribución mucho mayor. Aquí nos encontramos un suspense que roza el terror o un terror con grandes dosis de intriga, sobre una pareja de sádicos, pobres diablos peligrosos, que secuestran a una chica, algo que parece que ya han hecho en alguna otra ocasión, simplemente por el placer de divertirse con ella. Atroz argumento, bien diseñado con un guión creíble y con una economía de medios admirable. Todo transcurre en los años ochenta, bien llevados a la pantalla, y con un trío de actores perfecto. Un suspense en el que el terror se asoma y en el que el espectador odia con vehemencia a la pareja perturbada y perturbadora. Una película más que interesante.